Capítulo 1. Cambios Otoñales.


Tener lo que hay que tener. Y no precisamente material.

Hay ocasiones en la vida en la que nos queda latente que obtener lo que deseamos tan sólo depende de las acciones que emprendamos. Con ello me refiero a moverse, acción, atrevimiento. Y son tres cualidades casi extintas en esta sociedad.

No deseo ponerme sociológicamente hablando, analítica. Este ha sido un mes de cambios para mi. Renovarse o morir. Y después de un verano con un par de situaciones del segundo tipo, ahora toca renovarse.

Llevo toda la vida de reformas. Antes de los 20 quise madurar. Lo logré. Aunque fuese a base de Martini’s, jet lag acumulado y relajantes musculares. Antes de los 25 quise ser intelectual. Escribía a diario, me rodeaba de personas que emanaban sabiduría (aunque no me enterase de la mitad de las cosas y mi única función fuese asentir con la cabeza y soltar cada medio minuto un sentido “Ahá, interesante...”)

Ahora, a mes y medio de cumplir los 27, y siendo ésta la única vez en la que escribiré mi edad tan atrevidamente, se abre ante mi una nueva condición de ser.

Ha sido un año peculiar para mi. Mi círculo más íntimo sabe a lo que me refiero. Lleno de frustraciones con trasfondo filosófico, inesperadas portadas de revistas y sobretodo, supervivencia en estado puro.

Haciendo retrospectiva de mis últimos años de existencia me doy cuenta, y cada vez soy más consciente, que creía saber lo que era sobrevivir. Pero nada más lejos de la realidad. Este ha sido un verdadero año de supervivencia.

Los cambios nos alteran a todos, incluso a mi. Porque nos remueven nuestro sistema rutinario y hacen que veamos las mismas opiniones desde un prisma distinto.

Pero la convicción de que todo va a salir bien debe primar en nuestro pensamiento. Y como introducía anteriormente, es esencial dar el paso. De nada sirve estar con un mando en la mano quejándote de tu existencia si tan sólo eres capaz de pulsar teclas sin conciencia.

Cambiar es bueno, porque significa que estamos enriqueciendo nuestra linea temporal. Esa linea tan selectiva. Porque depende enteramente de nosotros que podamos revisarla y obtener de ella una filosofía madura o eternos vacíos en los que podíamos haber rellenado de vivencias.

No importa quien hayas sido ni lo que hayas hecho. Tan sólo nosotros nos podemos medir sobre nuestras vivencias. Porque al fin y al cabo es con nosotros mismos con quienes deberemos pasar el resto de nuestras vidas.

Hoy es 30 de Octubre y ésta ha sido mi crónica mensual.